El programa Máster deberá promocionar la puesta a punto física, la amistad, el entendimiento y la competición a través de la natación, saltos, natación sincronizada, waterpolo y aguas abiertas entre los deportistas con una edad mínima de 25 años (Reglamento de la Federación Internacional de Natación -FINA).

5 de agosto de 2013

La distancia es fija, el tiempo absoluto

"Tu mejor maestro es tu último error". Ralph Nader.


El pasado fin de semana tuve la suerte de presenciar en el Palau Sant Jordi las dos últimas jornadas de finales del Campeonato del Mundo Absoluto de #BCN2013. 

En la sesión del domingo se disputó la prueba de los 4x100 metros estilos masculinos. 

En esa final el equipo americano llegó primero, pero el joven bracista Kevin Cordes se adelantó en su puesta 1 centésima (-0,04). Si no recuerdo mal, la FINA permite, por margen de error, un adelanto de sólo 3 centésimas, por lo que su equipo fue descalificado justamente.

Cordes, aunque sea uno de los mejores bracistas de la élite mundial, era el miembro más inexperto del relevo (el resto de sus compañeros de gesta eran nada menos que Ryan Lochte, Matt Grevers y Nathan Adrian, todos campeones olímpicos) por lo que me imagino que ese hecho tuvo que agrandar su sentimiento de culpa, ese pensamiento de "he fallado a mis compañeros". Una cosa está clara y es que todos somos humanos, todos tenemos errores, a veces en momentos importantes e inoportunos que hacen que los mismos tengan más trascendencia de la deseada. Y ahí es donde reside todo el meollo de la cuestión: DE TODO SE APRENDE. 

Nathan Adrian vino a decir a la prensa que la descalificación nunca es achacable a una sola persona porque ellos cuatro son el relevo, son una unidad indivisible, un todo que no puede disgregarse en actuaciones buenas y malas a título individual. A la vez alabó a su compañero, diciendo que esa circunstancia va a poder hacer de él el mejor bracista del mundo para las próximas temporadas, motivo de orgullo para todo el equipo USA. 

Con esa descalificación me vinieron a la cabeza unas palabras que leí hace unos meses del entrenador americano Skip Kenney (head coach de la Universidad de Stanford) y que os transcribo literalmente a continuación (Fuente: Entrenamiento óptimo en natación de Dick Hannula):

"Cuando un nadador o una nadadora se sube al bloque de salida para competir, es el último responsable de su destino. El momento de la verdad empieza cuando suena el disparo de salida, momento en el cual el nadador está completamente privado de cualquier ayuda externa y ha de confiar solo en su fuerza, inteligencia, voluntad. No tiene entrenadores que acorten la distancia de la carrera, ni padres que suavicen los sentimientos heridos, ni compañeros que disimulen una falta de esfuerzo. La distancia es fija, el tiempo absoluto. Nadie más puede nadar la carrera. Desde una perspectiva de rendimiento, la natación es un deporte individual. De igual modo durante el entrenamiento nadie más puede dar una brazada por otro. Se está solo para soportar y dominar el dolor. (...) Sin embargo, lo que empieza con el esfuerzo de un nadador culmina con el esfuerzo de muchos"

Y ahí es donde reside la unidad de un equipo en todas sus facetas.

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